Valentina Maureira, la niña melipillana que murió esperando un trasplante de órganos, cumpliría hoy 22 años.
Valentina se hizo conocida luego de solicitar a la presidenta Michelle Bachelet que autorizara la eutanasia para aliviar el dolor de la fibrosis quística que padecía. Finalmente ella falleció el 15 de mayo de 2015 dejando a su padre Fredy la tarea de continuar con su lucha.
Una lucha que lamentablemente hasta ahora no ha obtenido respuestas de las autoridades de Gobierno, con compromisos que sólo han quedado en buenas intenciones.
Por eso hoy, en el día de su cumpleaños, Fredy, que además hace solo una semana perdió a su madre, quiso recordar a su hija reiterando el llamado a las autoridades a hacer un cambio real en la atención de salud.
Fredy Maureira recordó las tareas que dejó su hija: crear casas de acogida para niños y niñas enfermos, organizar corridas para incentivar la donación de órganos y avanzar en la ley de eutanasia que duerme en el Senado.
Finalmente, y pese a la desilusión y al cansancio, Fredy reiteró su convicción de seguir adelante con lo que Valentina comenzó en vida y luchar hasta ser escuchado.