Muchos se van a tomar la semana completa y, quienes no puedan, de todas formas, contarán con varios días –de miércoles a domingo- para celebrar el “18”.
Con estas fiestas extendidas, también viene la preocupación por los “kilitos de más” que se puedan ganar. Es que las Fiestas Patrias son sinónimo de empanadas, asados, vinitos, terremotos y choripán, todos alimentos que tienen una alta cantidad de calorías y/o grasas saturadas.
¿Qué hacer para evitar el aumento excesivo de peso? En opinión de la doctora Ximena Soto de Giorgis, nutrióloga de Clínica Las Condes, “no hay que mentirse a sí mismo. Uno sabe que la gente hace desajustes en su alimentación, porque uno también los hace, entonces no podemos decir que no coman o no tomen X cosa. Aquí la clave es equilibrar el consumo de los alimentos”, explica.
Para lograr ese equilibrio, la especialista aconseja ir alternando: “por ejemplo, si me como una empanada, también me como una ensalada y dejo el choripán para otro día, es decir, voy equilibrando la ingesta de alimentos y así cuido mi salud y evito un alza de peso que después me cueste mucho bajar”.
Acompañamientos y postre
En esta línea, la especialista llama la atención respecto de los acompañamientos en las comidas principales que, en nuestro país, suelen ser papas o arroz. Dice que, con las celebraciones extendidas, se puede producir un “cambio en el tránsito intestinal, se desajusta la microbiota intestinal, porque uno no está acostumbrado a comer tanto asado tantos días seguidos. Es decir, tanta proteína de carne va a generar alteraciones, como hinchazón, molestia, dificultad para ir al baño, por lo tanto, es importante procurar tomar harta agua, consumir harta fibra y tener algo de actividad física”.
Por ejemplo, la nutrióloga dice que “hay que tratar de caminar un poquito más, hacer alguna actividad al aire libre, bailar unos pies de cueca; están los juegos criollos para el 18, como tirar la cuerda, saltar en saco, elevar volantines, todas esas cosas son actividades físicas que ayudan harto”.
Por otro lado, explica que “es bueno que, en los asados, la carne vaya acompañada con una ensalada que tenga harta fibra, evitando papas o arroz; ponerse creativo con las ensaladas, por ejemplo, si hago una lechuga, ponerle unas semillitas, unos champiñones asados, etc. En general, la fruta y la verdura no debieran tener limitaciones”, afirma.
Para aderezar todo, la sugerencia de la doctora Soto es “tratar de preparar pebre –que tiene ingredientes muy beneficiosos para la salud-, mayonesa casera con aceite de oliva u otros que resulten fáciles de hacer y que, a la vez, no aporten calorías en exceso”.
Y en esta lógica de equilibrar el consumo de ciertos alimentos, las frutas son el mejor aliado a la hora del postre. “Si estamos en un asado y comimos choripán y carne, el pedazo de torta que sea para otro día”, sugiere la nutrióloga de Clínica Las Condes.
En términos generales, la médico precisa que “lo que pasa con los hidratos de carbono y las grasas es que, en general, suben la glicemia. Si no quiero tener un impacto tan importante en mi glicemia ya sea porque estoy un poco pasado de peso o estoy con insulinorresistencia o diabetes, lo que puedo hacer antes de comer es realizar alguna actividad física, ejercitar un poco, por ejemplo, hacer una serie cortita de sentadillas, de estocadas y cosas así. Además, si antes de comer la carne, como una ensalada con un vasito de agua, todo esto va a hacer que las alzas de glicemia sean un poco menores”, comenta.
“Uno debiera tratar de tener estilos saludables todo el año y, cuando vienen estos desarreglos, que sea algo puntual, que no sea un desorden terrible de cinco días en que me quedé sentado, tomando y comiendo, y además elegí los alimentos más malos de todos. Entonces, si me puedo comer un asado y le pongo una quinoa al lado, ¡maravilloso!”, concluye la nutrióloga.