Fuegos artificiales: los enemigos de los niños y niñas con Trastorno Espectro Autista

En estas fiestas de fin de año, cuando el cielo se vuelva a iluminar con la pirotecnia, estamos llamados a pensar en los pequeños (as) que sufren de Trastorno del Espectro Autista (TEA).

Lo anterior, porque estas coloridas detonaciones, que alegran a la mayoría de los infantes, vienen asociadas de una alta carga de luminosidad y ruido, que alteran a los niños y niñas afectados con esta patología, ya que tienen desarrollada una mayor hipersensibilidad.

Andrea Barriga, Terapeuta Ocupacional del Servicio de Neuropsiquiatría Infantil del Hospital San Juan de Dios, explica las dificultades que provoca en estos niños y niños el procesamiento sensorial de  este tipo de ambientes que los abruma.

 

Como ejemplo a lo anterior, la especialista cuenta la experiencia de un paciente de 16 años con TEA, quien relató cómo veía el mundo cuando tenía a los 4 años, donde sentía “que todo se le venía encima”.

 

Según, la Terapeuta, la familia lo va a pasar muy mal, en la parte social, porque el niño no tiene la capacidad de sobrellevar ese nivel de estímulo.

 

Uno de los principales desafíos que enfrenta el sistema de salud para con el TEA es hacer más permanente el trabajo educativo con el entorno de los niños con esta patología para que cuenten con herramientas que les permita un mejor manejo.

 

Recientemente, en septiembre del año 2021, el estudio de “Estimación de la prevalencia del trastorno del Espectro Autista en población urbana chilena” publicado en la revista de pediatría, arrojó que Chile tiene una tasa de 1 por cada 51 niños con Espectro Autista, un número que supera a países como Estados Unidos, México o Colombia.

Algo, sin duda, a tomar en cuenta en el fortalecimiento de las políticas de salud pública y como sociedad.

Compartir en las Redes

You cannot copy content of this page

error: Content is protected !!